El acrónimo de TIC’s es tan multifacético y casi omnipresente, que resulta imposible no encontrarlo en cualquier rama profesional, y en este caso el binomio TIC’s-Ingeniería Civil y TIC’s-Arquitectura no es la excepción.
Aunque ya desde los años 70 se hablaba de los Sistemas Descriptivos del Edificio (BDS, por sus siglas en inglés), fue hasta la década siguiente que el término de Modelado de Información se popularizó cuando apareció el primer software de diseño asistido por computadora para modelos arquitectónicos, y entrados los primeros años del siglo XXI ya se anunciaba la era del Building Information Model (BIM) o Modelo de Información de Construcción para hablar de las representaciones digitales del proceso de obra.
Si bien es más conocido el CAD (Computer Aided Design) por ser la versión digital del papel y lápiz, ahora es BIM la novedad en el mundo de la arquitectura e ingeniería civil, dado que este concepto abarca múltiples aspectos como software, así como modelo virtual de edificios e incluso como un proceso.
Lo cierto es que entre sus atributos podemos encontrar que los arquitectos pueden optimizar tiempos en la toma de decisiones, mejoras en el desarrollo del modelado y hacer más precisos los cambios durante el ciclo de vida de la obra; entre tanto, a los ingenieros les ayuda a las mejoras en cuestiones de productividad y costos. Al sumar todas estas cualidades, se permite una mejor colaboración multidisciplinaria para quienes realizan el proyecto, y por supuesto para sus clientes.
Al centralizar toda la información de una construcción, BIM permite que cualquier ajuste sea compartido en tiempo real, y no sólo es viable en la fase de diseño, también en su ejecución permite proyectar las labores de mantenimiento y, de ser necesario, de demolición.
Las descripciones que podemos encontrar sobre el BIM son vastas, y cada quien puede darle la utilidad que mejor crea conveniente. Lo cierto es que su funcionalidad se ha popularizado en todo el mundo y muchas empresas han optado por adoptar esta tecnología.
En esta ocasión quisimos esbozar un poco acerca de los alcances que ha logrado esta tecnología, no sólo porque representa innovación y mejoras para hacer nuestra labor más segura, visualmente más real e incluso colaborativa (el cual es uno de los principales retos de nuestra industria), sino porque contribuye a reducir fallas o errores que cuando ocurren resultan en mayores costes e impactos ambientales.
Sin importar si adoptamos el BIM o no, ciertamente lo que importa es que no podemos ser ajenos a estas novedades que con mayor frecuencia se insertan en el quehacer diario de las empresas constructoras y despachos de arquitectos, que incluso cobran fuerza en los currículos universitarios.
También es una realidad que como toda tecnología creciente, la capacitación en el uso y el costo de adoptar estas licencias pueden ser monetariamente onerosa, pero la competitividad exige que por lo menos contemos con información sobre las actualizaciones de lo que ocurre en nuestro entorno, y con la evolución de las TIC’s no hay excusa para no estar preparados. Como empresas también nos corresponde generar y compartir el conocimiento para fortalecer a nuestros asociados, clientes, trabajadores, y desde luego, a los futuros profesionistas y creadores.
Lleva tus proyectos de construcción al siguiente nivel con nuestra experiencia y soluciones.