En el ramo de la arquitectura y la construcción es imprescindible dominar aspectos relacionados con los grupos generacionales, esto con la finalidad de generar proyectos con el enfoque adecuado a las necesidades de sus habitantes o usuarios y los fenómenos que ocurren alrededor de ellos.
Hoy se vive una revolución social nunca antes vista, una forma revolucionaria de vida; el cómo habitan los espacios las nuevas generaciones responde a los acelerados avances de comunicación e interacción. Nos referimos a los millenials, el grupo etario que corresponde a aquellos nacidos entre los años 1980 y el 2000.
A diferencia de sus antecesores, ellas y ellos están reorganizando su forma de vida desde un estilo más individual e independiente, con una tendencia a vivir en los entornos urbanos, cerca de sus trabajos y áreas comerciales, incluso de áreas verdes.
El perfil de los millenials indica que cada vez más están retrasando el matrimonio y el tener hijos, incluso apartan estas ideas de sus planes de vida, prefieren una vida laboral más flexible y de ser posible por su cuenta. ¿Pero y esto que tiene que ver con las constructoras o los despachos de arquitectos? Simple, todo.
Se estima que para el 2020, estos ocuparan el 30% de la fuerza laboral, y por ende, cuando se trata de buscar inmuebles prefieren aquellos que ofrezcan modernidad, multifuncionalidad y flexibilidad. Por supuesto, difícilmente pueden costear todo esto por su cuenta, es por ello que es cada vez más común que habiten con amigos u otras personas que no son su familia.
En este sentido, también se ve con frecuencia que el trabajo en casa o “home office” se incrementa, por lo que algunos espacios en la vivienda toman lugar como oficinas temporales, dedican poco tiempo a labores domésticas y permanecen menos tiempo en casa. No obstante, su forma de socializar requiere compartir áreas como salas, cocinas y baños, así que eso requiere de ajustes sobre la vivienda tradicional, incluso debe ofrecer originalidad tanto en diseños como materiales.
Otra cuestión es que hay dos elementos importantes que deben tenerse en cuenta, en principio, debe responder a los cambios tecnológicos, especialmente porque hoy en día se requiere de mayores contactos, lo que representa un incremento en el uso de energía eléctrica, así como adaptaciones al IoT (internet de las cosas) desde donde se pueden controlar funciones de la casa desde un smartphone, por ejemplo.
El segundo elemento son las apuestas por las construcciones ecológicas, que cuiden los recursos hídricos o lumínicos, que sean de materiales que cuiden el medio ambiente y favorezcan el contacto con la naturaleza, ya sean huertos urbanos o techos verdes. Esto porque hay una mayor una concientización al respecto, y obviamente por las influencias del marketing y los medios de comunicación.
Si hablamos de oficinas nos daremos cuenta que los millenials prefieren diseños con amplias superficies, sin perder la privacidad, pero favoreciendo el encuentro con sus compañeros, con mucha iluminación y elementos que favorezcan la creatividad y la productividad, un concepto visto en los open spaces.
Estos comportamientos y hábitos de consumo reflejan las transformaciones del nuevo siglo respecto al diseño arquitectónico, las construcciones y el uso de materiales. Una vez más la influencia del individuo sobre el hábitat, y viceversa, nos demuestra que un buen proyecto ve todos los ángulos y los conecta de manera integral.
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