Parte de nuestra naturaleza como seres humanos es que constantemente buscamos nuevas formas de reinventarnos, de sobresalir o de hacer las cosas fuera de lo ordinario, o al menos es lo que intentamos.

En cuanto a diseños de construcción, a veces nos encontramos con ciertas dificultades que pueden imposibilitar o modificar nuestros proyectos; la ventaja es que conforme nos volvemos más atrevidos, la modernidad ofrece mayores posibilidades gracias a los nuevos materiales.

Las fachadas modernas están apostando por composiciones fuera de lo plano, geometrías más voluptuosas y formas abstractas, y no sólo las construcciones privadas, también edificios públicos se suman a esta tendencia.

¿Cómo es esto posible? Bueno, la clave radica en la flexibilidad de los materiales, es decir, conforme más adaptables y eficientes se vuelven, mayores son las posibilidades de crear formas tridimensionales, haciendo que los edificios sean tan interesantes y fieles como a las maquetas mismas.

A veces ser creativo resultaba costoso, hoy las posibilidades pueden ser tan costeables como viables, ya sea a nivel fachada o a nivel interior; jugar con las texturas y materiales ya no es necesariamente un impedimento. Desde puentes ondulantes hasta rascacielos con perspectiva en rotación, la imaginación ya puede tomar formas surreales y únicas.

Las superficies tridimensionales pueden ser un dolor de cabeza debido a la necesidad de trabes o el proceso de armado, ahora gracias a tecnologías como la losa BBD, entre sus aplicaciones multifuncionales encontramos que puede resultar muy adecuada para este tipo de proyectos.

Ciertamente todavía persisten retos tanto para los ingenieros como para los arquitectos cuando se trata de la perspectiva tridimensional, puesto que la mente es capaz de llenar los espacios y profundidades, pero en el diseño no puede haber omisión alguna, especialmente en la planeación de los materiales.

En resumen, la modernidad nos sigue asombrando por la forma en que podemos hacer realidad cada vez más estructuras, casas y edificios que evoquen y provoquen nuevas sensaciones, pero sobre todo que visualmente nos fascinen y den vestigio de lo que en esta generación se puede erigir como sello distintivo de nuestra época.

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