Desde el punto de vista de la arquitectura, se dialoga mucho sobre la importancia que los diseños deben tener con la armonía de la naturaleza; sin embargo, cuando se trata de la madre tierra no todo es paz y tranquilidad, a veces es abrupta e impredecible, ejemplo de ello son los terremotos.
México es un país de grandes atributos medioambientales, pero de igual manera se encuentra en una zona donde se concentra gran actividad sísmica del planeta, el Cinturón Circumpacífico, lo que conlleva riesgos considerables que ningún constructor debe perder de vista.
La Ciudad de México, por su geología, se encuentra asentada sobre un lago extinto, esto la sitúa sobre terreno lacustre donde las ondas sísmicas encuentran un amplificador del espectro, que resulta en mayor afectación a las estructuras que integran nuestra urbe.
Ahora bien, cuando hablamos de arquitectura y elección de materiales es imperante considerar estructuras sismoresistentes, que garanticen la seguridad estructural sobre todos los criterios de diseño.
El pasado 19 de Septiembre de 2017 nos recordó la responsabilidad social que integra la industría de la construcción, donde en el peor escenario una estructura debe estar capacitada para ser evacuada sin exponer ninguna vida humana.
Ante un escenario sísmico, arquitectos e ingenieros saben que existen conceptos esenciales como resistencia y ductilidad, esto último significa que el material puede deformarse, más no romperse. Muchos expertos consideran que la resistencia puede aumentarse con el uso de varias técnicas, entre ellas el uso de muros estructurales de hormigón armado como las losas aligeradas bidireccionales, que tienen un buen comportamiento frente a los sismos.
Por ejemplo, la losa BBD® contiene una menor masa sin perder propiedades de peralte o diafragma rígido, además su flexibilidad permite adaptarse tanto al diseño estructural como al diseño arquitectónico; así mismo su calidad, que con una aplicación responsable y correcta da como resultado un elemento de seguridad estructural y proceso de obra, que sumado al asesoramiento integral de ingenieros y arquitectos, garantiza el cumplimiento de las regulaciones y evaluación de riesgos.
Al día de hoy, aunque se toman en cuenta muchos elementos para asegurar la integridad de las construcciones, aquellas empresas que nos dedicamos a este ramo, tenemos presente que el debido cumplimiento de reglamentaciones y estándares, son vitales para generar productos que respondan adecuadamente a estos eventos naturales; pero sobre todo entendemos que hay una dimensión social que no puede perderse de vista, y esto es lo que hace posible compatibilizar enfoques integrales que tomen en cuenta a las personas y los riesgos inminentes de su hábitat.
Lleva tus proyectos de construcción al siguiente nivel con nuestra experiencia y soluciones.