No hay espacio donde el color no sea componente esencial para otorgar un valor estético y al mismo tiempo un efecto visual. Esto gracias al efecto que resulta de combinar la iluminación con las dimensiones propias de la estructura.
Cuando se trata de determinados contextos, por ejemplo oficinas o estudios, hay claves que pueden ayudarnos a aprovechar al máximo tanto los elementos adaptables como escritorios y muebles, así como la habitación en sí, con el uso apropiado del color.
Diversos estudios concuerdan en que el color del espacio afecta nuestra productividad, y según el color podemos generar determinadas emociones, pero también puede variar de acuerdo al lugar donde lo coloquemos.
Por ejemplo, el azul en el techo puede generar frialdad, pero en las paredes se percibe frescura y profundización del espacio, mientras que en el suelo da una sensación de movimiento. El naranja en el techo resulta estimulante y atractivo, en los muros es cálido y luminoso.
El presente artículo no pretende entrar en temas de interiorismo, pero sí promover el intercambio de percepciones respecto a lo que este tema representa para constructores, ingenieros o arquitectos, en especial, cuando podemos aplicarlo en nuestros propios lugares de trabajo.
El juego de colores también forma parte de las estrategias al momento de plantear un proyecto, ya sea que si se quiere generar una percepción de longitud, entonces lo conveniente es utilizar color en todos los muros; si queremos provocar un estrechamiento, lo ideal es pintar los muros laterales, además al pintar el techo y la pared central con el mismo color, logramos un efecto de ampliación.
Como podemos observar, el color puede inferir en las propiedades visuales de la forma, desde la geometría hasta las partes del todo, o la relación figura-fondo. Incluso el peso y la textura pueden verse afectados por la influencia de este.
Ya desde hace algún tiempo diferentes corrientes teóricas y metodológicas de eficiencia en el trabajo, apostaron por considerar el color en la arquitectura como factor de productividad, al igual que la calidad de luz, ya sea artificial o natural.
Cuando se trata de Open Spaces, el color interviene desde la armonía decorativa hasta la sensación emotiva que se trata de crear entre quienes están ahí. Nada como el balance entre el ser humano y sus entornos artificiales.
No podemos dar por sentado que este tema también tiene su impacto al momento de describir un sistema estructural, no por algo ciertos materiales utilizan colores en su composición, efectivamente embellecen algo que usualmente tan tosco como una viga o el cemento no lo necesitan, sin embargo, provee cierta distinción y funcionalidad.
El color es energía, es vibración, simbolismo y emotividad, y no hay construcción o filosofía que no tome en cuenta algo que en muchas ocasiones damos por sentado, y dejamos de lado su importancia e impacto. Así que a darle color.
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