En la gestión eficiente de proyectos de construcción, la innovación tecnológica cuenta con un papel fundamental; uno de los avances más notables en los últimos años es la implementación de la tecnología BIM en la construcción (por sus siglas: Building Information Modeling), una metodología que está transformando la manera en que se planifica, diseña, ejecuta y mantienen los proyectos arquitectónicos.
BIM no solo mejora la colaboración entre las personas que participan en el proyecto, sino que optimiza el uso de recursos y es más sencillo cumplir con las regulaciones y estándares.
Se trata de metodologías de construcción que permiten crear y gestionar de manera digital los modelos de un proyecto de construcción que se esté planeando.
Con un modelo BIM se logran integrar los datos necesarios para las distintas fases del proyecto, desde el prediseño hasta el mantenimiento de la infraestructura.
Esta metodología no solo se usa para el diseño de edificios, sino también en proyectos de infraestructura, tales como puentes, carreteras y sistemas urbanos.
El BIM o Building Information Modeling se trata de la creación de representaciones digitales precisas y con detalle de las características de una edificación o infraestructura.
Podemos definirla como una herramienta colaborativa que hace simple la comunicación entre los ingenieros, arquitectos y contratistas, cuando comparten el mismo modelo o software BIM.
Con este enfoque cada parte del proyecto tiene acceso a datos inteligentes que permiten llevar a cabo análisis detallados, prever posibles problemas y tomar decisiones informadas en tiempo real.
Es un útil sistema integral para gestionar todo el ciclo de vida de un proyecto de construcción, desde su prediseño, el diseño, la producción, las operaciones y el mantenimiento que requiere.
Con BIM se aseguran de que todos los datos están disponibles en un solo lugar, además de que sean accesibles para todas las personas interesadas. Esto mejora los flujos de trabajo, minimiza los errores, mejora la precisión y acelera los tiempos de entrega, además, permite simular el proceso de construcción, mientras se optimizan recursos y se anticipan problemas posibles antes de que sucedan.
Veamos las cuatro fases más importantes:
BIM permite la recopilación de información inicial del proyecto de construcción, así como la creación de bocetos digitales.
Es una fase clave para comprender los requisitos del cliente y tomar en cuenta las regulaciones que hay que cumplir. Asimismo, es posible realizar un análisis preliminar de los costos y de los recursos que se necesitarán.
Durante esta fase los equipos de trabajo usan el sistema BIM (o BIM diseño industrial) para crear un modelo digital minucioso del proyecto. Los arquitectos junto con el BIM para ingenieros pueden trabajar de forma eficiente, ajustando el diseño según las necesidades del proyecto, mientras se aseguran de que se cumpla con los estándares técnicos establecidos.
Es aquí donde el prototipado digital muestra su importancia, ya que se pueden visualizar y modificar los detalles antes de iniciar con la construcción.
Como su nombre lo dice: es la construcción en sí. Con BIM es posible optimizar el proceso de construcción, puesto que se garantiza que todas las partes involucradas trabajen con la misma información en tiempo real, actualizada, y puede ser a través de la nube.
Con esto se reducen los errores, evitas esfuerzos excesivos, minimizas costos y mejoras los tiempos de ejecución.
Después de terminar el proyecto físico, BIM sigue siendo útil dentro de la fase de operaciones y del mantenimiento de la construcción, puesto que es una buena base de datos digital que contiene la información relevante sobre los sistemas de la edificación, lo que hace simple su mantenimiento, se optimiza el uso de energía y el monitoreo de la estructura.
Hay diversas herramientas digitales para implementar BIM en construcciones en proceso o desde su inicio:
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